
Jo, le dice el boo a la boa, desde que nos han corregido lingüísticamente, estoy como que no me encuentro, no se si me explico. Como que no soy yo mismo

- oye -pregunta, intrigada la boa-, si pasara a tu lado la Ministra de Igualdad ¿tú te la comerías?
- ¡toma, claro! -responde el boo-
- ¿después de todo lo que ha hecho por definirte con corrección?
- precisamente.
¡jo, vaya piazo bodón que podrían hacer el boo y la boa si se lo propusieran! Piazo boón, he querido decir.
ResponderEliminarO sea: la boa, el boo, el boón (un boorrio). Too con mucho boato. Y con invitaos boalicones.
ResponderEliminar¡Qué boíto el nivelaco de los comentaristas!
ResponderEliminarPienso que el boo está justamente indignado con su nueva denominación no sexista, porque en la selva está mucho tiempo sin hacer nada, tiene mucho ocio, pero al mismo tiempo en su dieta no está incluida la sal yodada, lo cual le hace peligrosamente propenso a desarrollar boocio, cosa que antes, cuando era simplemente boa, no podía desarrollar (porque boaocio no existe).
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la indignación del reptil: una boa, perdón, un boo con boocio es la cosa más asquerosa del mundo.
ResponderEliminarNuevos datos para entender el estado de ánimo de los reptiles: cuando boadil se volvió hacia Granada, lloroso, su madre le recriminó: llora como una mujer (boa) lo que no has sabido conservar como un hombre(boo).
ResponderEliminarboá, que comentario más tonto.
ResponderEliminarSi a un boo-gro se le apareciera su boa-da madrina y le concediera un deseo ¿El boo-gro solicitaría volver a los tiempos sencillos en que no era más que una simple y tontivana boa?
ResponderEliminar¡pero bueno, qué pasa, que aquí sólo se habla de boas con la que está cayendo? ¡Sois una pandilla de boadictos!
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