Afortunadamente Jimena, nuestra intrépida reportera de cuatro años se ha puesto a investigar.
Un cerdo no puede volar, nos recuerda Jimena, porque no tiene alas. Y si tuviera alas no sería un cerdo, sino un ángel.
Decidida a acabar con el enigma, sigue el rastro de los cerdos voladores hasta llegar al sitio desde el que despegan.
¡Lo que se imaginaba!: Sus primos Pablo y Mario han asaltado y liberado un camión lleno de cerdos que iban al matadero. Y ahora están probando los cañones del escudo antimisiles de la OTAN. Y como no quieren hacer daño a nadie, en lugar de disparar misiles intercontinentales, disparan los cerdos que han liberado.
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