domingo, 8 de noviembre de 2009

El misterio de los cerdos voladores.

¡Atiza! ¡La ciudad se ha llenado de cerdos voladores y la gente está aterrorizada porque no sabe qué pensar de ello!
Afortunadamente Jimena, nuestra intrépida reportera de cuatro años se ha puesto a investigar.
Un cerdo no puede volar, nos recuerda Jimena, porque no tiene alas. Y si tuviera alas no sería un cerdo, sino un ángel.

Decidida a acabar con el enigma, sigue el rastro de los cerdos voladores hasta llegar al sitio desde el que despegan.


¡Lo que se imaginaba!: Sus primos Pablo y Mario han asaltado y liberado un camión lleno de cerdos que iban al matadero. Y ahora están probando los cañones del escudo antimisiles de la OTAN. Y como no quieren hacer daño a nadie, en lugar de disparar misiles intercontinentales, disparan los cerdos que han liberado.

Los tres primos posan felices una vez resuelto tan terrible misterio. Al fondo, un cerdo temeroso se pregunta si será disparado o qué.


¡Cáspita! ¡Aprovechando que Jimena, Pablo y Mario estaban posando para la foto final, Gabriel ha aprovechado, ha enganchado un cerdo y se ha ido montado en él.

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